Poesía I





Es tarde pero

avanzamos;

entendemos que el dolor

es una nota perdida en las avenidas

de los emblemas mudos.

Avanzamos en la menuda luz que ya nos engulle

y nos apaga el miedo de la memoria, su luz metálica.

Avanzamos en nuestro sueño estético,

vagamos en el magma pop;

nuestra nueva estrella blanca

joven y fresca se contrae, y los ecos llegan al asfalto.

Extasiamos los símbolos iridiscentes

que nos despejan los perfumes de una música fantasma;

descorremos los velos de una dialexis en la que

duele apenas la caída de aquellas flores

atribuladas de códigos que nos seducen magníficamente

en el nuevo horizonte naranja,

en el último día de la primavera.

Los futuristas nos mintieron,

ya es tarde y lloran.

 

Pablo Toblli

 

Poema inspirado en la siguiente obra de Ivan Ríos (instagram: https://www.instagram.com/ivanriosartista/)




 ***


Una vez me metí en el placard

y comprobé que la vida

son fragmentos colgantes

que acariciamos con

las puntas de los dedos

para salvarnos de vez en cuando

de los satélites falaces.

Me estiro en el ropero y tiro

unos guantes por la puerta

en un intento de despojo;

desde afuera

sólo se ve mi mano

que tira rápido el doblez

y vuelve a entrar al

placard para sostener

mi rostro que se pregunta

por qué las caras no se arropan.

Ahora que estuvo dando

vueltas todo el día este poema

en mi cabeza,

sentado en un placard

puedo comprobar

que a un rostro no podemos

guardarlo,

dejarlo con el cuello colgando

como una bufanda

a decantar hasta el invierno próximo;

quizá sí,

quizá sea por eso que no puedo

tapar nunca mi rostro

aunque me haga frío

y siempre tenga que ofrecerlo

como una silenciosa luz que aparece

quebrada

entre un atardecer de alguien

que busca un rostro;

entonces lo ofrezco

para que mis fragmentos

digan sin agolparse

a una mirada que lo contempla

y sé,

de momento, que todos mis fragmentos

son uno,

susurrantes, en un rostro ajeno

que busca arroparse con el mío.

 

Pablo Toblli

Poema inspirado en la siguiente obra Despojo, de Carla Juárez (Instagram:https://www.instagram.com/usuaria_____/)




***

Venimos de los mundos
silenciosos
y comprendo
que regresar por el útero
rasgado de lo incorpóreo
es la libertad final
a mis signos estériles
que buscan el nuevo éter
-famélicos y aullantes-
con los ojos secos.
Extremidades siderales
me permiten viajar
al encuentro
de los pasos restituyentes
de un cielo que existió
hace inconclusos
millones de años,
donde la fusión
de los tubérculos dispersos
era la tónica de un sueño
para nada austero
como la decantación
postrera de los días que corren
en el útero que fluye inverso
al deseo
y sostiene
desde lo subterráneo
a los ángeles profetas
de un horizonte clean,
contrario al mito
de la oscuridad primigenia.
Retornos
a la luz azul que connota
la extensión de los cuerpos
y su existir libre, transito:
símbolo del ávido poema
germinante
a través de los restos
de un cuerpo
que no fue.


Pablo Toblli

Poema inspirado en la siguiente obra de Manuel Garay (Instagram: https://www.instagram.com/manvelgaray/)



***


Hay cinco palomas en lo alto,

resguardadas miran la humanidad

como una pileta convulsionada,

como una foto de época;

están resguardadas y lo saben,

disponen su mundo,

ellas pueden,

lo saben

porque están en lo alto.

Los llanos son notas

para extender su control

desde lejos,

como empresarios desencantados.

Hay dos palomas que juegan,

se picotean, se limpian,

siempre están juntas;

hay una apartada, solitaria.

Las cinco se conocen,

yo leo mi novela

en la que nunca pasa nada;

cada tanto miro a las palomas

y les saco fotos,

ninguna foto me convence;

las dos palomas siguen en su dulce juego,

yo vuelvo a leer mi libro, tranquilo, entonces,

mi libro en el que nunca pasa nada,

vuelvo a mirar las palomas,

intento mirar el mundo junto a ellas.

Parece que se fueron volando

las dos palomas que siempre estaban juntas,

no me di cuenta;

quedan las otras tres

inmóviles, como al comienzo,

llenas de sí, de su melancolía.



San Miguel de Tucumán, esquina 25 de mayo y Mendoza

***
 

Paseo por un jardín social

cuya perplejidad hermanada

ya transité en mi sujeto

de bosques sin símbolos.

No estaba Baudelaire, no.

Lo social se tiñe de contingencias

que ya viví en el silencio

cuando toda sociología me fue ajena.

La muerte es un cachorro

que di de comer en cada sala.

Lloren por los suyos, por ustedes

que ya lo mío es un saco de aire.

El pasado es una nota intemporal.

Ser precoz.

Daré la cuota de una noche propia y extensa.



El Rosedal, Parque 9 de julio, San Miguel de Tucumán 

***

Pablo Toblli es Licenciado en Letras y escritor. Ha publicado los libros de poesía Nace en lo próximo (Ediciones Magna, 2015), Lucero de ruinas (Ediciones Último Reino, 2017), la tesis Una lectura del imaginario poético de Tucumán (2000-2020) (Facultad de Filosofía y Letras, UNT, 2020) y diversos artículos en revistas culturales. Es editor de la revista digital La Papa (lapapa.online). Nació en Tucumán en 1987. 

e-mail: pablotoblli@gmail.com 

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